lunes, diciembre 18, 2006

Siempre



Aparecen las escarchas a mi alcance,
el fervor por los robles azucarados en cristales de hielo,
las postreras sentencias tan caliginosas a la luz de la fogata.

Aparecen las estelas,
heladas, inmóviles,
mientras los copos se desploman
deslizándose por los cristales.
Y las carcajadas, al contemplarlas
apaciguan con calor las almas,
regresando sus resonancias a esta congoja.

Ahí donde la altura ardiente
me trae el frío dentro,
como si permaneciera soñando,
eternamente,
en mis recuerdos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El calor de las almas
que encuentran espacios,
imagenes de congoja,
carcajadas...
que apaciguan,
eternamente
los recuerdos.


Bello escrito.