Cada una de mis lágrimas tiene tu maldito nombre

Cada una de mis lágrimas tiene tu maldito nombre.
Si lloro en el día sufriendo de frío, tienen mis lágrimas tu maldito nombre.
Cuando de hambre sollozo cuando pasan los días, tienen mis lágrimas tu maldito nombre.
En el día si está nublado y no tengo donde guarecerme, tienen mis lágrimas tu maldito nombre.

Encontrándome en desconocimiento de mí misma, tienen mis lágrimas tu maldito nombre.
La realización de la soledad más profunda, tienen mis lágrimas tu maldito nombre.
El día de la pérdida de mis metas y todos mis sueños, tienen mis lágrimas tu maldito nombre.
Si desconozco por completo lo que fue mi verdadera felicidad, tienen mis lágrimas tu maldito nombre.

El desconsuelo al conocer la verdad de quien realmente estaba conmigo siempre, tienen mis lágrimas tu maldito nombre.
El poder escuchar con culpa los gritos de impotencia de mi único él, tienen mis lágrimas tu maldito nombre.

Consumiéndome en sueño y miles de pastillas que no me logran conciliar, tienen mis lágrimas tu maldito nombre.
Cuando pierdo a Pedro y lloro sin consuelo nuevamente, tienen mis lágrimas tu maldito nombre.

Ni el don de ser madre te hace necesario en mí, tienen mis lágrimas tu maldito nombre.
El odiarte, única existencia que desató tan vil sentimiento, tienen mis lágrimas tu maldito nombre.

¡Qué razón tenía tu cría al desearte la muerte! A lo que tocas le deparas desolación. Tu presencia en el cosmos es estéril. En cada lágrima añoro tu desaparición y que así mis lágrimas vuelvan a ser anónimas, porque ahora, cada una de mis lágrimas tiene tu maldito nombre…