miércoles, octubre 03, 2007

Escribiendo un cuento en el Parque Forestal


Después de tantos meses reapareció en mi vida. Mi primer invento de amor después del desamor. Me piropeó y aunque dice no ser poeta, siempre sabe qué decirme para que el corazón me lata de forma adolescente. No sé, esta vez me saludó con un verso de un poema de Neruda, claro está que su genialidad no le permite citar textualmente, claro que de-construye para construir algo que nuevamente hace que mi corazón reaccione.

Se acercó y sin que me diera cuenta de su llegada.

---“Me gusta cuando estás ausente porque es como si callaras, y pucha que cuesta que tú te calles.”---

Sin mirar reconocí su voz y el humor que siempre me hacía reír.

--“¡Cristián!”--- creo que jadeé como la primera vez que orgasmé entre sus piernas.

Me abrazó fuerte y besó mi frente como siempre, como antes, pero no, no como antes. Nos miramos y no supimos que decir, muy raro en nosotros podíamos hablar por horas sin parar, amanecernos, hablando inclusive cuando nos dábamos del sexo mas animalezco por horas.

Hablé yo para no dejar de apoyar su teoría de que nunca me callo.

---¿Cómo estás?--- palabras que salieron tan antinaturales en mí que semejaron mi deseo de un parto.

--- “Uy niñita, si te contara”---

No sé si odio la frase porque denota malas noticias que serán contadas a pesar de la advertencia o si la odié en ese preciso momento, porque las malas noticias venían precisamente de él y no quería saber o no sabía que esperar. Era mucho tiempo sin verlo, pero su olor, el calor de su cuerpo era el mismo, me seguía excitando el simple hecho de que me sonriera y ese “si te contara” me perturbó.

---Pero cuéntame.--- La curiosidad siempre mata al gato.


Se sentó, los bancos del Parque Forestal le eran conocidos, pasamos miles de minutos robándonos besos y caricias prohibidas en público mientras discutíamos Brokowski y el trataba de que me gustara Asimov. Yo me quedé parada mirándolo recordando la última vez que nos habíamos visto ahí, diferente, antes los encuentros siempre fueron planificados, hoy, no sé, la casualidad, el destino, el karma, pero volvíamos a estar ahí.

---"Siéntate Xi."--- me enternecía cuando abreviaba así mi nombre.

Tomó mi mano y me senté.

A veces usa muchos clichés y hoy no fue la excepción.

---“¿A ver por dónde comienzo?"---

---“Por el principio o por el final, sabes que odio leer el medio de las historias.”--- Carcajeó, mientras escuchaba como casi le vomitaba estas palabras.

---“Bien comienzo por el principio ya que te me adelantaste en el dicho.”--- Me pareció que casi comenzaba un cuento de hadas.

---“¡Qué inteligente soy, aún me adelanto a pensar lo que vas a decir!”---

--- “Andamos un tanto humildes el día de hoy.”--- Sabía que su sarcasmo me cagaba la psiquis, y aún así lo hacía después de tanto tiempo.

No dije nada la ansiedad de saber que me quería contar, era más fuerte que mi orgullo de nunca quedarme callada.

---“Cambios de vida Doña Xi.”--- Pensé con su frase de doña, que nunca me había dado cuenta cuanta era nuestra diferencia de edad hasta hoy.

Traté de ponerle humor, no a la situación pero sí a mi propia tensión.

--- “Pobre, menopaúsico a los 25.”---

---“No Xi, no ese tipo de cambios. Ahmm, estoy pololeando.”--- Nunca lo había visto tan serio.

¿Y cómo respondo? ¿Realmente me importa la información? No sé si lo dije en voz alta o sólo lo pensé.

--“Felicidades”--- me pesó la soledad, pero juro que fui sincera.

---“Grax”--- Su forma particular de agradecer me hizo sonreír muy a pesar de mí.

Me contó la historia, creo que le parecí interesada en ella, pues me dio detalles que sólo se le cuentan al mejor amigo o más bien detalles de una relación que no se cuentan, menos a mí que conocía bien los detalles cuando yo era la protagonista de la historia.

---“Estoy más gordo, mira estas fotos”---

Sí, está más gordo pero en las fotos fue lo menos que miré. Es linda la niña y él se ve feliz en las fotos.

---“Estoy escribiendo un cuento para una de mis clases y tengo problemas porque no sé decir “hacer el amor”, no quiero que suene cursi, los personajes nunca hicieron el amor y ellos lo saben”--- Cambié el tema aún con las fotos en mis manos.

---“Ah quieres que sea algo más mojado, más húmedo, más calenturiento.”---

La sangre me subió de los pies a la cabeza.

Asentí con la cabeza, mi sonrojo era muy evidente, y él siempre supo diferenciar el sonrojo de vergüenza y el sonrojo por mi excitación sexual.

Su cara cambió, sus ojos me miraban como antes, me deseó en ese momento. Tocó mis senos por encima de mi camisa. Cerró sus ojos y se acercó. Para que negar que en ese instante lo menos que quería era besarlo, quería su sexo, ahí en el parque, salvajemente. Pero lo alejé con mis manos sobre su boca, él las besaba como cuando buscaba la excitación en mi cuerpo. Lo alejé, nunca lo había alejado y sus ojos se abrieron para encontrarse con mi sonrisa. Sonrió.

---“Déjame leerte el cuento para que me ayudes a buscar las palabras que me faltan.”---

Tomé mi cuaderno y comencé a leer mientras él escuchaba atento.

---“Después de tantos meses reapareció en mi vida. Mi primer invento de amor después del desamor…”---

1 comentario:

Boina Descalza dijo...

es casi entretenido ir dandose cuenta que todos los encuentros, con la gente que alguna vez dimos por conocida, van mutando con el tiempo; los cambia la experiencia, el amor, el desamor, la alegria y la tristeza.
Las relaciones humanas son sensibles a todo tipo de factores, eso le da algo de novedad.

Besos