domingo, noviembre 04, 2007

Todo por un beso...


Me quiso besar... Escapé refugiándome en mi mejilla.
Lo quise besar... Ya el ascensor había bajado.
Y volvió la amarga realidad de una mirada sin sonrisa.
La tristeza se vio reflejada en la opaca pintura de una puerta blanca.

En el tiempo de dos segundos arrepentimiento de las palabras de muchos años.
La armadura de papel y metal cedió y quiso mostrar la intensidad de carne y huesos.
Desnuda ante todo lo cubierto con escamas de vulnerabilidad.
Resguardando lo que se muestra entre la oscuridad que es vida.

Se destiñó la magia, la fantasía se fue volando cual hada en escapatoria.
Y los ojos, los ojos no lloraron pero se cubrieron del manto gris melancólico.
Durmiendo entre sábanas gruesas de algodón que sólo dan calor.
Despertando a un camino de trenes y autobuses que no llegan ni van.

La música lenta se hizo ensordecedora, revelando la continuidad del tiempo.
Parecía una película repetida, o una foto en sepia que nadie se detiene a ver.
Dulce al tacto, áspera al gusto, en paradoja a todo lo que se conoce.
Caían gotas de lluvia sobre un techo de cristal, frágil, como esencia única.

Libre con alas gigantes de mariposa, como amuleto de suerte a un vuelo que no pasará.
Presa de las mismas alas que le dan el vuelo a lo infinito.
Volando no se puede amar.
Amando no puede volar.

Si no hubiera escapado a mi mejilla ¿hubiera bajado el ascensor?
Hubieran nacido cien gemidos de pasión, con humedades sin parecer.
Creando el castillo de un imperio nuevamente solitario.
Resguardando la carne y huesos entre el metal y el papel.

Mariposa libre, desenamorada en su vuelo.
Con la corta vida que embellece en un revolotear levantando vuelo.
Rosa desteñida que aún abre sus pétalos, siempre pidiendo el beso.
Cristal que transluce los deseos perdidos en besos nunca dados.

¿Qué hacer cuando lo sagrado es la libertad?
Y ese beso refugiado en la mejilla, es prisión que acorta el vuelo de las alas.
Las noches se acaban y no se distingue el horizonte en el vuelo.
Soñando en aterrizar en unos labios cálidos, solo una vez.

Dejar de ser libre,
cambiar el vuelo sin rumbo
aprisionada en jaula dorada
felizmente amando.

1 comentario:

. dijo...

hola limary
si esto lo escribiste vos...sos consciente de lo bien que lo hacés?
cada metáfora es increíble, sinceramente tenés un angel para escribir
me admiro por eso

te mando un abrazo
claudia