Pensando en el patio de atrás
Trozos de un momento tan efímero como el pestañear.
Llega la noche, se torna opaca.
La realidad sucumbe en un mundo de medios cuentos.
Osos sacrificados en la mente de un recuadro.
Es casi lejana la cercanía del olvido.
Siempre se adentra cual ladrón despiadado sin permiso, dueño del momento, violador de todos los espacios.
El silencio acrecienta ante voces conocidas,
que hacen hueco a todos los oídos sordos.
Son más bien gritos que emergen de un alma y entran en el cuerpo clavándose, hiriendo, haciéndose permanente.
No hay razón de existencia.
Es un reflejo inconciente, como el respiro, como late el corazón.
No se conoce opción de salida…
No hay escape…
Y la muerte es siempre evidente...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario