Sueño de orgasmo

Me parieron las nubes en una tarde de fresco verano.
En la noche me arrulló una estrella que estaba a punto de apagarse.
Me amamantó una luna llena, con sabores a sal, a azúcar, a limón, a ají y a hiel.
Jugué en las constelaciones, saltando despierta entre los sueños de los demás.

Crecí en la ambrosía, sin las exhuberancias de un dios.
Mis compañeros de clase eran la lluvia, los rayos y truenos, también amigos y cómplices.
Leía las canciones nunca compuestas, los poemas recitados en amor al viento.
Caminé sin dar paso sobre cometas de cola fría y cabeza caliente.

Los días de campo, los pasé de la mano de sol visitando los domingos a Urano.
Comí rastros de anillos, pedazos de lunas magistralmente azules.
Dormí de acuerdo a miles de órbitas, que se amanecían cantando canciones de cuna.

Desperté…